sábado, 10 de agosto de 2013

Reseña: La importancia de llamarse Ernest

De la mano de:

Título: La importancia de llamarse Ernest
Autor: Oscar Wilde
Editorial: Cátedra
Año de publicación: 2009
Páginas: 312
ISBN: 9788437620596
Precio: 14,30 €

"Oscar Wilde nació en Dublín en 1854. Se trasladó a Inglaterra a estudiar lenguas clásicas en la Universidad de Oxford, donde encontró un ambiente, el de los jóvenes de las clases acomodadas inglesas, en el que no lograba integrarse. Esa excentricidad le lleva a construirse una personalidad exhibicionista inspirada en el dandismo y en ciertas teorías que proclamaban el placer como único objetivo de la práctica artística.Con «El abanico de Lady Windermere» obtuvo Wilde su primer éxito teatral de público. La crítica fue más distante. Reconocía el ingenio de los diálogos, pero insistía en la poca originalidad de los motivos (el chantaje, el abanico comprometedor, la infidelidad conyugal). «La importancia de llamarse Ernest» pondría fin a la trivialidad de sus tramas. Empezando por el difícilmente traducible juego de palabras del título, Wilde consigue expresar en esta obra su visión del mundo en varios niveles: divirtiendo al público aristocrático y arreglándoselas para comunicar al espectador contemporáneo su credo individualista."

OPINIÓN PERSONAL

Sinceramente, nunca esperé que Cátedra fuera a enviarnos un libro, ya que son obras más dedicadas al estudio que a la lectura por ocio, pero no puedo alegrarme más de que tener por fin en mis manos una de las obras de teatro que siempre he querido leer pero que, por unas cosas u otras, nunca conseguía entrar en mi estantería. A día de hoy no me arrepiento de haber esperado.


En esta edición encontramos dos obras, aunque he decidido centrarme en La importancia de llamarse Ernest, además de por las ganas que le tenía, por poder leer con más calma El abanico de Lady Windermere para el año que viene. La verdad es que en esta lectura he podido reírme como hacía tiempo que no lo conseguía. Ya es raro que un libro, por cómico y absurdo que sea, consiga hacerme reír, y reconozco que en parte llevaba ventaja, ya que había visto la película hace lo suyo, y la recuerdo con gracia y mucho cariño. La importancia de llamarse Ernest es una comedia de enredo al más clásico estilo americano, salvo que en un entorno inglés, rural y de finales del XIX. No es la comedia primigenia, pero creo que se le acerca bastante. Por otro lado, creo que gran parte de la gracia de estas comedias está en leerlas con calma y... Ya no reflexionando, pero sí pensando en lo que se lee, ya que muchas veces los dobles sentidos o los juegos de palabras no están en nuestro propio idioma, o incluso algunas de las referencias se nos escapan, siendo parte del pan de cada día del mundo británico, pero ni de cerca del español. Las anotaciones de esta edición son de mucha ayuda para entender todo esto. No molestan demasiado en la lectura, aunque creo que merecería la pena leer una vez la obra completa y hacer una segunda relectura parándose en cada uno de estos puntos para entender por completo todo lo que rodea esta comedia y que la hace todavía más rica y cómica en algunos casos. Por eso sólo puedo decir una cosa: Gracias, Cátedra.


Wilde no se regodea demasiado en crear personajes complejos, si no que únicamente centra su historia en un par de vividores (Algernon y Jack) que disfrutan la vida yendo del campo a la ciudad y de la ciudad al campo, inventándose personajes ficticios que les permitan escapar de sus obligaciones, y un par de señoritas enamoradizas y apasionadas (Gwendolen y Cecily) que casi son un recordatorio de las hermanas Bennet en Orgullo y prejuicio. Por su parte, Lady Bracknell es una señora de los pies a la cabeza que demuestra que la mujer, aunque parezca lo contrario, es la que debe llevar los pantalones en un matrimonio. Simplemente una comedia intemporal que podría repetirse sin problema en cualquier ambientación a lo largo de la historia.

Finalmente quiero hablar del estilo de Oscar Wilde en este género, y es que hasta ahora lo único que había leído de él era El retrato de Dorian Gray. Sinceramente, me sorprende el cambio de registro que, por otro lado, creo que va a mejor. Se trata de teatro, por lo que siempre será más ligero a la hora de leer, pero no es nada cansino el tener que estar atento a esas parodias, a esas caricaturas de la sociedad de su tiempo que hace y que tan bien sabe mostrar simplemente con unas palabras, sin necesidad de contarnos toda la historia de uno de ellos.

Si os gusta el teatro, la comedia, la caricatura, la risa por la risa o incluso una buena trama, por favor, leed La importancia de llamarse Ernest. No tiene un solo punto y coma de desperdicio. es como ver una película (también genialmente adaptada, por cierto), salvo que en papel. Dadle una oportunidad, que merece la pena.

4'5 de 5

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sábado, 10 de agosto de 2013

Reseña: La importancia de llamarse Ernest

De la mano de:

Título: La importancia de llamarse Ernest
Autor: Oscar Wilde
Editorial: Cátedra
Año de publicación: 2009
Páginas: 312
ISBN: 9788437620596
Precio: 14,30 €

"Oscar Wilde nació en Dublín en 1854. Se trasladó a Inglaterra a estudiar lenguas clásicas en la Universidad de Oxford, donde encontró un ambiente, el de los jóvenes de las clases acomodadas inglesas, en el que no lograba integrarse. Esa excentricidad le lleva a construirse una personalidad exhibicionista inspirada en el dandismo y en ciertas teorías que proclamaban el placer como único objetivo de la práctica artística.Con «El abanico de Lady Windermere» obtuvo Wilde su primer éxito teatral de público. La crítica fue más distante. Reconocía el ingenio de los diálogos, pero insistía en la poca originalidad de los motivos (el chantaje, el abanico comprometedor, la infidelidad conyugal). «La importancia de llamarse Ernest» pondría fin a la trivialidad de sus tramas. Empezando por el difícilmente traducible juego de palabras del título, Wilde consigue expresar en esta obra su visión del mundo en varios niveles: divirtiendo al público aristocrático y arreglándoselas para comunicar al espectador contemporáneo su credo individualista."

OPINIÓN PERSONAL

Sinceramente, nunca esperé que Cátedra fuera a enviarnos un libro, ya que son obras más dedicadas al estudio que a la lectura por ocio, pero no puedo alegrarme más de que tener por fin en mis manos una de las obras de teatro que siempre he querido leer pero que, por unas cosas u otras, nunca conseguía entrar en mi estantería. A día de hoy no me arrepiento de haber esperado.


En esta edición encontramos dos obras, aunque he decidido centrarme en La importancia de llamarse Ernest, además de por las ganas que le tenía, por poder leer con más calma El abanico de Lady Windermere para el año que viene. La verdad es que en esta lectura he podido reírme como hacía tiempo que no lo conseguía. Ya es raro que un libro, por cómico y absurdo que sea, consiga hacerme reír, y reconozco que en parte llevaba ventaja, ya que había visto la película hace lo suyo, y la recuerdo con gracia y mucho cariño. La importancia de llamarse Ernest es una comedia de enredo al más clásico estilo americano, salvo que en un entorno inglés, rural y de finales del XIX. No es la comedia primigenia, pero creo que se le acerca bastante. Por otro lado, creo que gran parte de la gracia de estas comedias está en leerlas con calma y... Ya no reflexionando, pero sí pensando en lo que se lee, ya que muchas veces los dobles sentidos o los juegos de palabras no están en nuestro propio idioma, o incluso algunas de las referencias se nos escapan, siendo parte del pan de cada día del mundo británico, pero ni de cerca del español. Las anotaciones de esta edición son de mucha ayuda para entender todo esto. No molestan demasiado en la lectura, aunque creo que merecería la pena leer una vez la obra completa y hacer una segunda relectura parándose en cada uno de estos puntos para entender por completo todo lo que rodea esta comedia y que la hace todavía más rica y cómica en algunos casos. Por eso sólo puedo decir una cosa: Gracias, Cátedra.


Wilde no se regodea demasiado en crear personajes complejos, si no que únicamente centra su historia en un par de vividores (Algernon y Jack) que disfrutan la vida yendo del campo a la ciudad y de la ciudad al campo, inventándose personajes ficticios que les permitan escapar de sus obligaciones, y un par de señoritas enamoradizas y apasionadas (Gwendolen y Cecily) que casi son un recordatorio de las hermanas Bennet en Orgullo y prejuicio. Por su parte, Lady Bracknell es una señora de los pies a la cabeza que demuestra que la mujer, aunque parezca lo contrario, es la que debe llevar los pantalones en un matrimonio. Simplemente una comedia intemporal que podría repetirse sin problema en cualquier ambientación a lo largo de la historia.

Finalmente quiero hablar del estilo de Oscar Wilde en este género, y es que hasta ahora lo único que había leído de él era El retrato de Dorian Gray. Sinceramente, me sorprende el cambio de registro que, por otro lado, creo que va a mejor. Se trata de teatro, por lo que siempre será más ligero a la hora de leer, pero no es nada cansino el tener que estar atento a esas parodias, a esas caricaturas de la sociedad de su tiempo que hace y que tan bien sabe mostrar simplemente con unas palabras, sin necesidad de contarnos toda la historia de uno de ellos.

Si os gusta el teatro, la comedia, la caricatura, la risa por la risa o incluso una buena trama, por favor, leed La importancia de llamarse Ernest. No tiene un solo punto y coma de desperdicio. es como ver una película (también genialmente adaptada, por cierto), salvo que en papel. Dadle una oportunidad, que merece la pena.

4'5 de 5

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