De la mano de
Autor: Carlos Bassas del Rey
Editorial: Toromítico
Año de publicación: 2012
Páginas: 230
ISBN: 9788496947962
Precio: 17,95 €
"Japón, 1605. Tras un largo periodo de guerras, la victoria del primer sogún Tokugawa en la batalla de Sekigahara ha traído por fin la paz a todo el país. En la antigua capital de la provincia del clan Date, sin embargo, un suceso tenebroso ha alterado la tranquila vida de sus gentes: los cerezos han florecido con brotes de sangre y se han secado hasta morir sin explicación aparente. Miyamoto, maestro de artes marciales e Investigador de Asuntos Especiales del clan, recibe la orden de aclarar el asunto. Antes de partir, solicita el permiso de su señor para llevar consigo a Aki, su hijo adoptivo y alumno: ésta será su primera misión. Con la ayuda de Ichiro, su mejor amigo, y de un monje guerrero llamado Takeshi, descubrirán que la misteriosa muerte de los cerezos esconde, en realidad, algo mucho más aterrador. Algo que guarda directa relación con el mundo de los espíritus."
OPINIÓN PERSONAL
Antes de nada, gracias a la editorial Toromítico por el ejemplar, ya que me he quedado completamente engatusada con la historia de Aki, aprendiz del samurái Miyamoto, que se va a ver envuelto por orden del daimio en la resolución de un misterio pues al iniciarse la primavera los cerezos han brotado del color de la sangre y se han secado tiñendo el suelo del susodicho efluvio. La novela nos relata tanto el viaje de los protagonistas, como los encuentros que van a ir teniendo a la par que la intrusión del mundo de los espíritus en el asunto.
Parto de una ambientación que ha sido una auténtica pasada a nivel general: El autor emplea un vocabulario lleno de términos originales procedentes del japonés que se pueden encontrar en el glosario de atrás (Desde el nombre de las puertas correderas interiores a los distintos tipos de fantasmas o yokais), aunque puede resultar un tanto pesado el estar constantemente volviendo a la parte de atrás muchas veces al lado del término aparece una breve definición que nos permite seguir con la lectura tranquilamente. El período Edo es el protagonista del contexto, con sus correspondientes figuras históricas presentes, al igual que algunos de los acontecimientos presentes en este momento. Una pasada la documentación y en muchos casos el hecho de meternos datos así como quien no quiere la cosa para, al menos, aprender algo.
En cuanto a la historia, me ha parecido bastante equilibrada, ya que tenemos tanto momentos sentimentales como momentos de acción pura y dura. De principio a fin pero sin llegar a un constante agobio y un no parar de acontecimientos de estos que te acaban saturando. El único momento que no me ha gustado ha sido el final, de completa y absoluta felicidad, muy "Disney" en el sentido de que el protagonista consigue todo lo que quiere, es feliz y se entera de secretos que han estado guardados durante toda su vida y sospecha de un próximo encuentro con sus compañeros de viaje.
Los personajes son variados y cada uno tiene su personalidad, cabe decir que los guerreros son mayormente demasiado... buenos, hábiles y honorables, vamos que son perfectos en la lucha, aunque no todos van a salir sanos y salvos. El maestro Miyamoto es, para mí, uno de los mejore personajes, aunque siempre sale con la coletilla de "El camino del sámurai es...", pero al final se muestra como el humano que es. Takeshi también es un personaje bastante bueno, que viene a representar el guerrero que tiene alguna dificultad, su pierna, en este caso, y aún así sabe defenderse mejor que ninguno. Los dos chavales, pues son chavales y adolescentes, que han de crecer rápido, en este caso, pero, como prácticamente niños que son, van a cometer sus errores.
En resumidas cuentas, de nuevo nos encontramos con un libro para los amantes del Japón histórico, para los que busquen aventura y el cruce de espadas.
OPINIÓN PERSONAL
Antes de nada, gracias a la editorial Toromítico por el ejemplar, ya que me he quedado completamente engatusada con la historia de Aki, aprendiz del samurái Miyamoto, que se va a ver envuelto por orden del daimio en la resolución de un misterio pues al iniciarse la primavera los cerezos han brotado del color de la sangre y se han secado tiñendo el suelo del susodicho efluvio. La novela nos relata tanto el viaje de los protagonistas, como los encuentros que van a ir teniendo a la par que la intrusión del mundo de los espíritus en el asunto.
Parto de una ambientación que ha sido una auténtica pasada a nivel general: El autor emplea un vocabulario lleno de términos originales procedentes del japonés que se pueden encontrar en el glosario de atrás (Desde el nombre de las puertas correderas interiores a los distintos tipos de fantasmas o yokais), aunque puede resultar un tanto pesado el estar constantemente volviendo a la parte de atrás muchas veces al lado del término aparece una breve definición que nos permite seguir con la lectura tranquilamente. El período Edo es el protagonista del contexto, con sus correspondientes figuras históricas presentes, al igual que algunos de los acontecimientos presentes en este momento. Una pasada la documentación y en muchos casos el hecho de meternos datos así como quien no quiere la cosa para, al menos, aprender algo.
En cuanto a la historia, me ha parecido bastante equilibrada, ya que tenemos tanto momentos sentimentales como momentos de acción pura y dura. De principio a fin pero sin llegar a un constante agobio y un no parar de acontecimientos de estos que te acaban saturando. El único momento que no me ha gustado ha sido el final, de completa y absoluta felicidad, muy "Disney" en el sentido de que el protagonista consigue todo lo que quiere, es feliz y se entera de secretos que han estado guardados durante toda su vida y sospecha de un próximo encuentro con sus compañeros de viaje.
Los personajes son variados y cada uno tiene su personalidad, cabe decir que los guerreros son mayormente demasiado... buenos, hábiles y honorables, vamos que son perfectos en la lucha, aunque no todos van a salir sanos y salvos. El maestro Miyamoto es, para mí, uno de los mejore personajes, aunque siempre sale con la coletilla de "El camino del sámurai es...", pero al final se muestra como el humano que es. Takeshi también es un personaje bastante bueno, que viene a representar el guerrero que tiene alguna dificultad, su pierna, en este caso, y aún así sabe defenderse mejor que ninguno. Los dos chavales, pues son chavales y adolescentes, que han de crecer rápido, en este caso, pero, como prácticamente niños que son, van a cometer sus errores.
En resumidas cuentas, de nuevo nos encontramos con un libro para los amantes del Japón histórico, para los que busquen aventura y el cruce de espadas.
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