De la mano de:
Autor: Scott Westerfeld y Keith Thompson
Editorial: Edebé
Año de publicación: 2013
Páginas: 568
ISBN: 9788468307008
Precio: 16,55€
"Alek y Deryn se encuentran a bordo del Leviathan cuando se le ordena a la aeronave que recoja a un extraño pasajero. El brillante aunque loco inventor afirma que tiene un arma llamada Goliath que puede terminar la guerra, pero ¿en qué bando está el científico en realidad? Mientras se encuentran en esa misión secreta, Alek finalmente descubre el secreto de Deryn profundamente guardado, en realidad dos, puesto que Deryn no es solo una chica disfrazada de chico? sino que también siente algo por Alek. La corona, el amor verdadero que siente por una plebeya y la destrucción de una gran ciudad, todo ello espera el siguiente y último movimiento de Alek."
OPINIÓN PERSONAL
Por fin, después de terminar exámenes y retomar los encargos que tenía algo de lado, he terminado Goliath en apenas una semana. La verdad es que tenía ganas de pillarlo, especialmente después de haber visto algunas reseñas que declaraban que era un gran final para una gran saga, y después de terminarlo, creo que tiene toda la razón del mundo.
La historia comienza un par de semanas después de donde dejamos Behemoth, volviendo con el príncipe Aleksandar al Leviathan, la nave darwinista de Inglaterra, que nos llevará un viaje alrededor de casi todo el mundo, pasando por la estepa rusa, la mística zona del Asia oriental y terminando en el moderno continente americano. Creo que en este sentido la trilogía ha ido adquiriendo complejidad, tratando de mostrarnos desde un punto de vista diferente la manera de concebir el mundo en los tiempos de la I Guerra Mundial, cosa que parece siempre dejada un poco de lado.
Por otro lado, se continúa con la interacción entre Alek y Deryn, quienes continúan en esa búsqueda de saber más el uno del otro, de descubrir sus secretos y de saber realmente quiénes son y qué les deparará el futuro. Aparecen también otros tantos personajes nuevos como Pancho Villa o el propio Nikola Tesla, quienes nos dan una visión mucho más global de principios del siglo XX bajo ese ambiente caótico y que tantas veces no se nos acostumbra a ver. A pesar de ello, peca ligeramente de realista y hace que algunos personajes aparezcan en escena y la dejen con la misma rapidez que sucede en nuestra vida cotidiana, dejándonos a veces con ese aire de inseguridad de si las niñas que vemos en los asientos de la proyección de un noticiario, por ejemplo, volverán a aparecer o no como parte de la guerrilla interna que se lleva a cabo en las altas esferas. A pesar de ello, me gusta mucho el desarrollo natural de los personajes, especialmente de Alek y Deryn, con reacciones completamente creíbles y una evolución muy madura para los tiempos que les rodean.
A pesar de ello, tengo que reconocer que tonto de mí creí que el epílogo hablaría de lo sucedido tras la guerra, o al menos un tiempo después de dejar la última página de la novela. Sin embargo, como en Leviathan y Behemoth, Westerfeld nos sorprende con un anexo lleno de referencias históricas, cosas que hacen que, salvo algunas obviedades, sea complicado diferencial lo real y lo ficticio en esta fantástica trilogía. Por ello creo que el final de la novela se queda algo cojo, aunque reconozco que en parte es culpa mía por hacerme unas falsas ilusiones al no acordarme de lo dicho.
La ilustración, como siempre, continúa siendo magnífica, dejándonos ver algunas de las maravillas darminianas o clánkers del universo de Westerfeld y que Thompson ha sabido captar muy bien (al menos desde mi punto de vista) para mostrar al lector. De la misma manera, sabe retratar a esos personajes históricos que todos tenemos en la retina dándoles ese aire de historia que nunca fue y que hace que sean ligeramente diferentes sin abandonar su propia esencia.
En resumen, Goliath es el final idóneo para esta saga que busca terminar por todo lo alto y que, sin ser perfecta, hace que leas de principio a fin sin apenas darte cuenta para querer terminar esta historia de amor entre una suerte de Romeo y Julieta en plena batalla situada en un contexto para nada convencional.
Por otro lado, se continúa con la interacción entre Alek y Deryn, quienes continúan en esa búsqueda de saber más el uno del otro, de descubrir sus secretos y de saber realmente quiénes son y qué les deparará el futuro. Aparecen también otros tantos personajes nuevos como Pancho Villa o el propio Nikola Tesla, quienes nos dan una visión mucho más global de principios del siglo XX bajo ese ambiente caótico y que tantas veces no se nos acostumbra a ver. A pesar de ello, peca ligeramente de realista y hace que algunos personajes aparezcan en escena y la dejen con la misma rapidez que sucede en nuestra vida cotidiana, dejándonos a veces con ese aire de inseguridad de si las niñas que vemos en los asientos de la proyección de un noticiario, por ejemplo, volverán a aparecer o no como parte de la guerrilla interna que se lleva a cabo en las altas esferas. A pesar de ello, me gusta mucho el desarrollo natural de los personajes, especialmente de Alek y Deryn, con reacciones completamente creíbles y una evolución muy madura para los tiempos que les rodean.
La ilustración, como siempre, continúa siendo magnífica, dejándonos ver algunas de las maravillas darminianas o clánkers del universo de Westerfeld y que Thompson ha sabido captar muy bien (al menos desde mi punto de vista) para mostrar al lector. De la misma manera, sabe retratar a esos personajes históricos que todos tenemos en la retina dándoles ese aire de historia que nunca fue y que hace que sean ligeramente diferentes sin abandonar su propia esencia.
En resumen, Goliath es el final idóneo para esta saga que busca terminar por todo lo alto y que, sin ser perfecta, hace que leas de principio a fin sin apenas darte cuenta para querer terminar esta historia de amor entre una suerte de Romeo y Julieta en plena batalla situada en un contexto para nada convencional.
4 de 5
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