De la mano de:
Autor: William Shakespeare
Editorial: Alianza
Año de publicación: 2011
Páginas: 144
ISBN: 9788420653358
Precio: 8,80 €
"En los inicios de su carrera como dramaturgo, William Shakespeare (1564-1616) compuso su obra más alegre y desenfadada, Sueño de una noche de verano (1594). Mitología, costumbrismo cómico, bromas, equívocos, humor y poesía conviven dentro de ella en una zarabanda mágica ambientada en la noche pagana de San Juan, en la que todo es posible, si bien al final, frente al caos, se imponen el orden y la armonía. Esta alocada fantasía de amor está, como no puede ser de otra manera, teñida de elementos inconscientes y oníricos, y de entre la galería de personajes que la pueblan, Oberón y el duendecillo Puck han alcanzado fortuna en la memoria de los hombres."
OPINIÓN PERSONAL
Llevaba ya bastante tiempo detrás de esta lectura, pero al final siempre se van quedando de lado por uno u otro motivo, así que nuestro reto de clásicos era el momento ideal para conseguirlo, y la verdad es que, tal y como esperaba, ha sido una lectura amena, sencilla y muy entretenida.
No me voy a entretener a hablar de la prosa, del verso o de los textos teatrales de Shakespeare, ya que creo que todos sabemos de sobra quién es sólo por su nombre y hay gente mucho más versada en el tema que, estoy seguro, podría daros infinidad de datos más que yo sobre su obra y figura, así que voy a ceñirme a hablar de Sueño de una noche de verano. Si hay dos cosas por las que creo que ha destacado siempre Reino Unido son las novelas policíacas y las comedias de enredos. Evidentemente, Sueño de una noche de verano no es de las primeras, sino una comedia de enredos. Shakespeare nos sitúa en un marco cronológico atemporal que bien podría ser la Grecia clásica, su Grecia contemporánea o, incluso, tal y como se adaptó al cine, una Grecia del XIX, ya que los elementos que rodean toda la obra no son lo importante, sino las personas, que son las únicas capaces de dar lugar a error. Si bien es cierto que en algunos momentos aparecen personajes que interrumpen la que podríamos llamar acción "principal", descargan un poco el continuo suceder de los hechos y nos permite ver cómo este cuadrado amoroso va tomando forma de manera absurda gracias a la mano de Puck, un espíritu pícaro que, por ignorancia o por diversión, es capaz de liar los amores de estos cuatro jóvenes que sólo quieren terminar de una vez cuanto antes con este mal sueño.
Siempre se asocia a Shakespeare con la tragedia de otras de sus obras como Hamlet, Otelo o Romeo y Julieta, pero fue ante todo un dramaturgo que destacó por una gran cantidad de comedias como Mucho ruido y pocas nueces, La fierecilla domada o, en este caso, Sueño de una noche de verano, y es que, como siempre se ha dicho, es más fácil hacer llorar que hacer reír, lo que dota a esta figura de un ingenio casi mayor que el de suele atribuírsele sólo por su dominio de la palabra y del drama. Y habiendo leído un par de ellos, tengo que reconocer, me quedo con su faceta cómica, que para eso dejó legado en autores como Oscar Wilde y La importancia de llamarte Ernest. Si es comedia inglesa (casi) siempre es signo de fiabilidad.
En definitiva, Sueño de una noche de verano se convierte en una obra clave, al menos desde mi punto de vista, para la evolución de la comedia en Reino Unido, y no podría ser menos con la huella que ha dejado impresa a lo largo del tiempo. Una obra muy recomendada para esos momentos en que queremos liberar tensiones entre novelas de carga más pesada.
No me voy a entretener a hablar de la prosa, del verso o de los textos teatrales de Shakespeare, ya que creo que todos sabemos de sobra quién es sólo por su nombre y hay gente mucho más versada en el tema que, estoy seguro, podría daros infinidad de datos más que yo sobre su obra y figura, así que voy a ceñirme a hablar de Sueño de una noche de verano. Si hay dos cosas por las que creo que ha destacado siempre Reino Unido son las novelas policíacas y las comedias de enredos. Evidentemente, Sueño de una noche de verano no es de las primeras, sino una comedia de enredos. Shakespeare nos sitúa en un marco cronológico atemporal que bien podría ser la Grecia clásica, su Grecia contemporánea o, incluso, tal y como se adaptó al cine, una Grecia del XIX, ya que los elementos que rodean toda la obra no son lo importante, sino las personas, que son las únicas capaces de dar lugar a error. Si bien es cierto que en algunos momentos aparecen personajes que interrumpen la que podríamos llamar acción "principal", descargan un poco el continuo suceder de los hechos y nos permite ver cómo este cuadrado amoroso va tomando forma de manera absurda gracias a la mano de Puck, un espíritu pícaro que, por ignorancia o por diversión, es capaz de liar los amores de estos cuatro jóvenes que sólo quieren terminar de una vez cuanto antes con este mal sueño.
En definitiva, Sueño de una noche de verano se convierte en una obra clave, al menos desde mi punto de vista, para la evolución de la comedia en Reino Unido, y no podría ser menos con la huella que ha dejado impresa a lo largo del tiempo. Una obra muy recomendada para esos momentos en que queremos liberar tensiones entre novelas de carga más pesada.
4 de 5
1 comentario:
No la he leido, pero me alegra que te halla gustado. Saludos
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