De la mano de
Autor: Victoria Álvarez
Editorial: Versatil
Año de publicación: 2011
Páginas: 520
ISBN: 9788492929498
Precio: 20,90 €
"Desde niña Annabel Lovelace se ha visto obligada a vivir con su tío, guarda del Cementerio de Highgate, donde descubre su extraña habilidad para comunicarse con los muertos, quizás gracias a la enfermedad cardíaca que la obliga a vivir entre la vida y la muerte. Años más tarde, una serie de misteriosas casualidades la convertirán en la médium más influyente del Imperio Británico. Sin embargo, su don la llevará a descubrir secretos que deberían haber permanecido ocultos y que pondrán en jaque a la aristocracia londinense."
OPINIÓN PERSONAL
Este es un libro que llevaba mucho tiempo en mi lista de pendientes, y teniendo en cuenta la cercana EuroSteamCon y la visita de la autora, no había una mejor oportunidad para leer esta novela.
Como nos indica la sinopsis, la protagonista, Annabel, tiene la capacidad de ver fantasmas y comunicarse con ellos permitiendo que estos solucionen sus asuntos pendientes pudiendo descansar finalmente en paz. Sus poderes empiezan a despertarse en su pubertad, su tío, al darse cuenta de la habilidad que posee intentará sacar partido de ella pasando a convertirse en el "hada de Highgate". Pero no todo es tan fácil, ya que desde este punto Annabel ha de enfrentarse a clientes descontentos y una situación familiar para nada agradable, suerte que un apuesto desconocido la ayudará a escapar de tal situación.
A la hora de hablar de la historia, nos encontramos con un libro extenso aunque equilibrado. Bien es verdad que el inicio se me hizo un poco lento, entre la presentación de los personajes y la situación de Annabel, si embargo, cuando empieza a utilizar sus poderes, la trama se torna más interesante, llegando al clímax con la huida de Highgate que me produjo auténticos agobios.
A partir de este momento, la trama da un salto que no traslada 10 años después, dando algunas pinceladas de lo que ha ido ocurriendo a los largo de ese tiempo que el lector desconoce. Annabel es mayor, ha pasado por servir a la reina y está asentada en una buena vivienda junto con parte de su familia (No voy a spoilear). Con la Annabel adulta entra en juego un triángulo amoroso, que no tiene nada que ver con lo que estamos acostumbrados: Ella siente una innata preferencia por una de las partes, es correspondida y no hay ningún problema; la otra parte, sin embargo, queda en un segundo plano al no ser correspondida. Me gusta que no haya dudas por parte de la protagonista y lo que siente por sus pretendientes, la hace mucho más humana, aunque una vez que se inicia la historia de amor. se podría decir que pierde un poco la cabeza.
Con el avance de la trama entramos en una red de intrigas y mentiras por parte de varios de los personajes, que nos hacen cambiar completamente la consideración que teníamos hacía ellos, enganchándote hasta el final, que parece que no va a llegar a buen término.
Respecto a los personajes, tenemos a Annabel, a la que conoceremos desde su infancia, siendo una niña muchísimo más madura de lo que suele ser normal, adolecida de una enfermedad del corazón de tal forma que en cualquier momento puede morir. Pasados los 10 años se presenta como una mujer que sabe lo que quiere y que guarda una secreta pasión que se verá saciada, volviéndose un poco... Pastelosa, quiero decir, Annabel se vuelve una chica que prácticamente sólo vive para su amado, y eso me da un poquico de rabia, ya que parecía una tía sensata y responsable, pero bueno, le puede el muchacho. Por lo demás, y como ya he comentado, me gusta que en relación al triángulo amoroso tenga las cosicas claras.
Mi Annabel es una Jane Morris con la constitución de Elizabeth Siddal.
Los personajes masculinos principales son Nathaniel, un policía que está enamorado de la protagonista desde su infancia; y Victor Rosenfield, un lord fallecido hace 30 años que se convertirá en el espíritu protector de la médium. La verdad es que ambos se muestran como auténticos caballeros, aunque tengamos más conocimiento de Victor ya que Nath está más en un segundo plano. A lo largo de la novela, nuestra opinión irá cambiando, sobre todo respecto a Victor, pero es una de las cualidades de la autora, con ella nunca se sabe que va a pasar o que pensar respecto a los personajes.
Por último, y como creo que ya mencionamos en Las Eternas, destacar la prosa de Victoria, que hace que la lectura sea un placer, dejando de lado ese lenguaje un poco pobretón que normalmente nos encontramos en las novelas de tinte más juvenil. Igualmente subrayar, como algo personal, esa presencia de los Prerrafaelitas, de Jane Austen... Esa clase de guiños que demuestran que a la autora realmente le apasiona aquello sobre lo que escribe.
4 de 5
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