De la mano de:
Autor: Auguste Villiers de L'Isle-Adam
Editorial: Espasa
Año de publicación: 2012
Páginas: 160
ISBN: 9788467007251
Precio: 11,90 €
"El conde de Villiers deL’Isle-Adam (1838-1889) fue el vástago de una noble familia arruinada. Su padre pasó la vida obsesionado por los supuestos tesoros que perdieron sus antepasados, delirio que heredó su hijo y que sublimó creando un arte quimérico y extraño que tuvo su influencia en toda la creación literaria moderna. Cuentos fantasmagóricos, en atmósferas alucinantes, muertas como Vera que espera en su casa al que ha ido a enterrarla…, convidados inesperados y extraños como “El convidado de las últimas fiestas” cuando, al final de un baile de máscaras, en el cenáculo reservado, entre bellas mujeres y elegantes caballeros, se destaca alguien incierto, aristócrata o verdugo, mientras todos esperan a que el alba aclare el enigma."
OPINIÓN PERSONAL
No estamos ante un best seller, porque, seamos sinceros, es complicado que una obra que no se vendió bien en su momento, ahora lo haga de maravilla, pero la verdad es que Espasa ha hecho un buen trabajo de presentación, porque tengo que reconocer que me entró por los ojos desde el principio. Así que, ante todo, tengo que reconocer que me llamaba la portada. Cuando lo miré más de cerca y vi que era una obra del XIX, más aún, pero descubrir que se trata de una obra de uno de los poetas malditos... Eso ya... En fin, lo dicho, no es un best seller, pero lo he disfrutado como un enano.
Villiers de L'Isle Adam no es un escritor de novela larga, sino de relato breves que, más que cuentos crueles, yo llamaría metáforas ácidas. Cada uno de los relatos de este libro va dirigido a una persona en concreto, la cual se indica nada más comenzar cada relato. Algunas de las historias, imagino, irán por temas privados que, si no conocemos demasiado bien la vida del autor (como me pasó a mí), serán complicadas de entender, sin embargo, hay otras claramente claras, valga la redundancia, pero son obvias hasta tal punto que, si quisiéramos, podríamos aplicarlo a la más rabiosa actualidad. Todo ello contado con un humor no demasiado cómico, aunque personal y muy ácido. Es un Edgar Allan Poe poniendo al mundo de vuelta y media.
La verdad es que, por lo general, a excepción de un par de relatos, no se me han hecho largos, cosa que agradezco, y, como he dicho, se trata más bien de apuntar con el dedo a los defectos de personajes relevantes del entorno de un autor que está muy revenido con el mundo (imagino que debido a la mala suerte que sufrió). Supongo que escribiría muchos más relatos, pero ésta me parece una buena selección que, aunque a veces incomprensible por lo que nombraba de los asuntos personales, sabes de qué palo iba cada uno. Además, el hecho de tener una extensión bastante breve hace que no sea una lectura demasiado pesada, pudiendo incluso leer a relato por día sin que se dilate mucho en el tiempo. De hecho, creo que algún día lo haré para terminar de entender cómo eran todos los que aquí se acusan. Auguste, estés donde estés, eras un buen escritor.
En resumen, Auguste Villiers de L'Isle Adam no fue un best seller de la época, y dudo mucho que ahora vaya a serlo, pero creo que ésta es una de esas joyitas de la literatura que merece la pena leer al menos una vez en la vida, pero que tantas veces quedan enterradas entre el polvo de los cajones. La verdad es que se me hace raro darle las gracias a una editorial, pero esta vez tengo que hacerlo aunque sea sólo por retomar a los poetas malditos.
Villiers de L'Isle Adam no es un escritor de novela larga, sino de relato breves que, más que cuentos crueles, yo llamaría metáforas ácidas. Cada uno de los relatos de este libro va dirigido a una persona en concreto, la cual se indica nada más comenzar cada relato. Algunas de las historias, imagino, irán por temas privados que, si no conocemos demasiado bien la vida del autor (como me pasó a mí), serán complicadas de entender, sin embargo, hay otras claramente claras, valga la redundancia, pero son obvias hasta tal punto que, si quisiéramos, podríamos aplicarlo a la más rabiosa actualidad. Todo ello contado con un humor no demasiado cómico, aunque personal y muy ácido. Es un Edgar Allan Poe poniendo al mundo de vuelta y media.
En resumen, Auguste Villiers de L'Isle Adam no fue un best seller de la época, y dudo mucho que ahora vaya a serlo, pero creo que ésta es una de esas joyitas de la literatura que merece la pena leer al menos una vez en la vida, pero que tantas veces quedan enterradas entre el polvo de los cajones. La verdad es que se me hace raro darle las gracias a una editorial, pero esta vez tengo que hacerlo aunque sea sólo por retomar a los poetas malditos.
3'5 de 5
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