De la mano de:
Autor: Charles Dickens
Editorial: Alba
Año de publicación: 2012
Páginas: 488
ISBN: 9788484287285
Precio: 12,50 €
"El Londres pacífico pero grotesco del rey Jorge III y el París clamoroso y ensangrentado de la Revolución Francesa son las dos ciudades sobre cuyo fondo se escribe esta inolvidable historia de intriga apasionante. Violentas escenas de masas, estallidos de hambre y venganza, espías y conspiradores, héroes fracasados y héroes a su pesar se mezclan en una trama artística y perfecta, llena de sorpresas y magistralmente elaborada por un Dickens en uno de sus mejores momentos creativos."
OPINIÓN PERSONAL
Desde que comencé a leer a Dickens, al cual le tenía cierto respeto, todo sea dicho, he tenido ganas de coger esta novela por banda, y si bien sigue bastante en su línea, creo que no es, ni de lejos, una de las mejores obras que ha publicado, al menos en lo que se refiere a contenido. Sin embargo, tengo que reconocer que, al igual que sucede con Cátedra, Alba trabaja de una manera que hace imposible renegar estas páginas.
Historia de dos ciudades nos narra la historia, principalmente, de la joven señorita Manette, quien descubre gracias a un antiguo empleado de su padre que éste no está muerto tal y como pensaba hasta el momento. Su padre, encerrado en la torre norte de una prisión parisina de la Bastilla (cabe decir que la ambientación en torno a los años de la Revolución Francesa me parece impecable). A partir de este punto comenzará un largo entramado de idas y venidas, de amores y desamores, de verdades y mentiras... Que harán que esta revolución forme parte no sólo de una ambientación histórica, si no que dé forma a una situación concreta a modo de punto de inflexión en la vida de todos nuestros personajes. Así, veremos cómo Carton, un joven enamorado y no correspondido de la señorita Manette, es capaz de ofrecerle su vida a cambio de la suya o de sus más queridos, el anciano señor Manette nos ofrece una visión entrañable y bastante caótica para alguien mayor en estos años de confusión política, y la señorita Manette ofrece una visión mucho más enternecedora dentro de toda esta situación, mientras que su amado, Charles Darnay, se verá enfrentado con la ley hasta puntos de situación extrema (y es aquí donde no puedo evitar pensar en The Reign of Terror, el último serial de la primera temporada clásica de Doctor Who).
La verdad es que toda esta trama es de por sí bastante sencilla, pero para casi 500 páginas, el amigo Dickens tenía que alargar algo más la historia. Continúa en su línea de saber escribir de tal manera que puedas leerte 50 páginas de una tacada sin pestañear y que pienses que apenas has pasado un par de ellas. Sin embargo, en Historia de dos ciudades prima el elemento amoroso, o al menos se convierte en el hilo conductor de la historia, y si bien es cierto que siempre hay algún contrapunto romántico en sus historias, no creo que en este caso supiera llevarlo de la misma manera, ya que deja de ser algo anecdótico. Por otro lado, quiero recalcar, tal y como me sucedió con el caso de Silvia y Bruno, que no recomiendo intentar leer a modo de novela contemporánea una serie de publicaciones folletinescas, ya que, así como las telenovelas actuales no están hechas para ello, tampoco lo están estos escritos, y una segunda experiencia me lo corrobora. Algún día aprenderé de ello.
Por otro lado, quiero comentar que la edición de esta novela por parte de Alba editorial me parece impecable. Si bien la traducción, como suele suceder siempre en sus ediciones, es impecable, esta vez, a pesar de no haber sabido disfrutar del todo del contenido, ha hecho que sea una de las más ligeras de este autor junto a Grandes esperanzas. A ello hay que sumarle el cuidado al maquetar la propia novela, donde encontramos las ilustraciones originales a lo largo de las páginas, concordando con lo leído y, supongo, de la misma manera en que se publicarían allá por 1859. Posiblemente estos dos factores son los que hagan que esta novela se salve de ser una de las producciones
Repito una vez más que no creo que estas publicaciones deban ser leídas como novelas al uso de una sola sentada (espero aplicarme el cuento en el próximo caso), pero Dickens continúa con un estilo fluido que, al menos, si no salva al lector del caos que emana la propia novela en sí ambientada principalmente en esa Francia de finales del XVIII, hace que el trago no sea tan duro aunque sea perdiendo algunos detalles por el camino.
Historia de dos ciudades nos narra la historia, principalmente, de la joven señorita Manette, quien descubre gracias a un antiguo empleado de su padre que éste no está muerto tal y como pensaba hasta el momento. Su padre, encerrado en la torre norte de una prisión parisina de la Bastilla (cabe decir que la ambientación en torno a los años de la Revolución Francesa me parece impecable). A partir de este punto comenzará un largo entramado de idas y venidas, de amores y desamores, de verdades y mentiras... Que harán que esta revolución forme parte no sólo de una ambientación histórica, si no que dé forma a una situación concreta a modo de punto de inflexión en la vida de todos nuestros personajes. Así, veremos cómo Carton, un joven enamorado y no correspondido de la señorita Manette, es capaz de ofrecerle su vida a cambio de la suya o de sus más queridos, el anciano señor Manette nos ofrece una visión entrañable y bastante caótica para alguien mayor en estos años de confusión política, y la señorita Manette ofrece una visión mucho más enternecedora dentro de toda esta situación, mientras que su amado, Charles Darnay, se verá enfrentado con la ley hasta puntos de situación extrema (y es aquí donde no puedo evitar pensar en The Reign of Terror, el último serial de la primera temporada clásica de Doctor Who).
La verdad es que toda esta trama es de por sí bastante sencilla, pero para casi 500 páginas, el amigo Dickens tenía que alargar algo más la historia. Continúa en su línea de saber escribir de tal manera que puedas leerte 50 páginas de una tacada sin pestañear y que pienses que apenas has pasado un par de ellas. Sin embargo, en Historia de dos ciudades prima el elemento amoroso, o al menos se convierte en el hilo conductor de la historia, y si bien es cierto que siempre hay algún contrapunto romántico en sus historias, no creo que en este caso supiera llevarlo de la misma manera, ya que deja de ser algo anecdótico. Por otro lado, quiero recalcar, tal y como me sucedió con el caso de Silvia y Bruno, que no recomiendo intentar leer a modo de novela contemporánea una serie de publicaciones folletinescas, ya que, así como las telenovelas actuales no están hechas para ello, tampoco lo están estos escritos, y una segunda experiencia me lo corrobora. Algún día aprenderé de ello.
Repito una vez más que no creo que estas publicaciones deban ser leídas como novelas al uso de una sola sentada (espero aplicarme el cuento en el próximo caso), pero Dickens continúa con un estilo fluido que, al menos, si no salva al lector del caos que emana la propia novela en sí ambientada principalmente en esa Francia de finales del XVIII, hace que el trago no sea tan duro aunque sea perdiendo algunos detalles por el camino.
2,5 de 5
2 comentarios:
Bueno, pues nada, ya sabes, la proxima vez leer algo mas ligerito entre medias y asi te despejas.
Un saludo
De Dickens no he leído nada, no porque no me atraigan sus libros, sino porque algunas veces son tan altas las expectativas de alguna de sus obras que me da miedo a que a mi no me gusten. Por esto mismo, paso de puntillas por la reseña y leo entre líneas.
Por lo que comentas, es un gran acierto que una editorial cuide mucho su edición, ya que de esta manera consigue que los lectores queden más satisfechos ;)
Besitos ^^
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